Últimamente las cosas no han estado muy bien en mi vida. Hay una persona (que no diré su nombre por motivos obvios) que ya me tiene cansada; me hostiga, me persigue y las únicas palabras que tiene hacia mi son agotadoras e insufribles. No son hacia mí, puesto que (supongo) esta persona no está enojada conmigo, aunque sólo es cuestión de tiempo para que suceda, pero en realidad, sus palabras que no son más que recalcar la incertidumbre, el enojo y un montón de cosas más que me tienen al borde del colapso.
Hace algún tiempo atrás tenía otro blog el que decidí cerrar, la razón de esto fue porque me estaba convirtiendo en una persona tremendamente negativa y enojada con la vida (creo que la persona de quien les hablo tiene gran protagonismo en eso) y no quiero seguir siendo así, no me hace bien ni a mí ni a la gente que me rodea. Pero esta situación es agotadora, es terrible tratar de no meter la pata durante todo el día para así contribuir a la paz y no arda Troya (aunque no cuesta absolutamente nada)...Tengo que tener paciencia. Me queda conformarme con el hecho que situaciones agotadoras como ésta ayudan a fortalecer la paciencia que tengo con los demás, no es fácil, pero debo hacerlo.
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